Hay una gran diferencia entre un crupier y un jugador de casino. Un empleado de un establecimiento de juego tiene que seguir estrictamente las normas establecidas. El jugador, en cambio, puede realizar una serie de acciones espontáneas que acabarán por dar una victoria. Los profesionales dicen que es posible aumentar seriamente las posibilidades de ganar doblando la apuesta. Antes de decidir doblar la apuesta original, hay que analizar si una carta será suficiente para ganar.
Puede decidir doblar su apuesta después de que el crupier haya repartido las dos cartas iniciales. Tomemos la situación como ejemplo. Cuando se juega con una sola baraja, el jugador tiene un 5 y un 6 en su mano. La suma es de 11 puntos. La banca tiene un 4 abierto. Para el jugador, doblar sería apropiado, ya que tiene una mejor posición. Hay un 30% de probabilidades de que la siguiente operación resulte en una tarjeta de 10 puntos, lo que da lugar a 21 puntos.
En el blackjack existe el concepto de «mano blanda». Este es el nombre que se le da a las manos que sostienen un As. Algunos casinos no permiten doblar la apuesta en una mano así. Para evitar confusiones durante una partida, lo mejor es preguntar de antemano al crupier cuáles son las reglas del establecimiento de juego. Si el casino no permite doblar con un as en la mano, el jugador simplemente tiene que cambiar. En lugar de un As, toma otra carta.
No basta con seguir las reglas anteriores para ganar al blackjack de forma regular. Empieza a jugar y aprende los secretos del juego, sólo con el tiempo y la experiencia llega la maestría, y así las posibilidades de ganar aumentan considerablemente.